En este curso de educación canina respetuosa vamos ver que significa para un perro ser separado de su grupo familiar e introducido en un entorno humano.
Los perros pagan un alto precio por convivir con nosotros y muchos de sus supuestos “problemas de conducta” no son más que reacciones desesperadas a la incomprensión que reciben por parte de sus familias humanas.
No deciden absolutamente nada, no deciden dónde ni con quién viven. No deciden a qué hora salen, qué comen ni cuándo, no deciden con quién se relacionan. Están a nuestra merced. ¿Y qué hacemos nosotros? Colocamos un collar alrededor de su cuello y comenzamos a tirar. Les inhibimos prácticamente todas sus necesidades etológicas y, les obligamos a realizas conductas totalmente antinaturales para ellos. Les metemos en situaciones extremadamente complicadas y luego nos quejamos si reaccionan. Nuestros perros no tienen ningún problema. Somos nosotros los que no entendemos nada.
Aunque el curso se llama “Educación canina respetuosa y consciente”, la palabra educación no es quizás la más adecuada. Los perros no necesitan aprender a ser perros y desde luego que no necesitan la mayoría de cosas que les enseñamos. La educación va a ser, en todo caso, de la parte humana.
En algún momento de la historia, y no hace tantos años, a alguien se le ocurrió que los perros debían ser adiestrados. Debían obedecer a su “dueño” y hacer en todo momento lo que se les pedía. Esto va muy en línea con la mentalidad humana de dominarlo todo y de someter a la naturaleza y a todos los animales, así que la idea tuvo un gran éxito.
Este tipo de prácticas empezó a evidenciarse como el maltrato que es y en los últimos años se puso de moda la educación canina “en positivo”. Desgraciadamente, bajo este paraguas puedes encontrar todo tipo de barbaridades. Seguimos pidiendo al perro obediencia y dándole órdenes totalmente ajenas a su etología, pero a través de la comida. Ignorando la emoción subyacente a cualquier conducta, se trata de conseguir que el perro haga lo que yo quiero, en el momento en que yo lo quiero, a base de premios.
Pues bien, olvídate de todo lo que has aprendido hasta ahora, porque la educación canina respetuosa no tiene nada que ver con todo eso. Todo es mucho más simple y a la vez mucho más rico. Se trata de entender al perro como especie, como raza y como individuo y de respetar sus necesidades en la medida de lo posible en nuestro loco mundo humano.
Tu perro sabe perfectamente quién eres tú. Puede oler tus estados de ánimo, no hay forma de engañarle. Te observa mucho más que tú a él ¿Puedes decir lo mismo? ¿Sabes quién es él, quién es ella? ¿Sabes cuáles son sus necesidades, sus impulsos? ¿Sabes cómo le afecta vivir en una sociedad desquiciada, hecha por y para humanos? A lo largo de estas sesiones iremos analizando las necesidades que tiene un perro y veremos cómo ser el mejor acompañante para tu compañero en cada una de ellas.